domingo, 30 de junio de 2013

"La casa de Bernarda Alba" - Análisis del fragmento y de sus temas principales

   En esta obra, La casa de Bernarda Alba, escrita por García Lorca en el año 1936, se vivía un ambiente de intranquilidad política al comienzo de la Guerra Civil Española. El ejercito bajo el mando del General Francisco Franco, quien ejecuto a muchas personas leales.
   En esta época, las mujeres no tenían ningún derecho, y su única función era realizar las tareas del hogar y satisfacer al hombre en todo.
   En este trabajo el objetivo a analizar es este fragmento, el cual se encuentra en el Acto Segundo, que transcurre en una habitación blanca del interior de la casa de Bernarda, y se comunica con todas las habitaciones. EL conflicto principal de este fragmento es la Interacción entre el adentro y el afuera, es decir, interioridad –exterioridad. Además,  el otro tema a analizar es autoridad y libertad.
   Primero y  principal, Bernarda, la madre, ejerce un poder sumamente femenino, represivo, autoritario, dominante y un tanto masculino, demostrado a través del poder de dirigir su hacienda y a su familia; represivo ya que les cuarta la libertad a sus hijas, quitándoles el derecho a conocer el mundo exterior y relacionarse con el mundo masculino. También, Bernarda expresa la diferenciación socioeconómica entre su familia, su criada, el mendigo y el pueblo, diferenciando un mundo superior y un mundo inferior, a través, de las diferencias sociales, cuestiones de genero, al problemáticas de la honra y del “que dirán”, la cuestión del honor que se contrapone a la pasión, a las ansias de libertad y el deseo sexual.
   En un principio, el tema principal es la presencia femenina, que se puede observar con la presencia de quince mujeres individualizadas y un personaje coral (mujeres de luto); todo esto reforzado por el hecho singular de que no hay ningún papel masculino.
   En segundo plano, el otro tema central es la represión de la mujer, el cual se hace evidente en Adela, cuando le dice a la criada que al hombre “se les perdona todo”, y a Amelia muestra un enojo diciendo “Nacer mujer es el mayor castigo”. La mujer es victima de los convencionalismos sociales y en esta obra Bernarda es la que defiende los valores patriarcales antes que defender a sus propias hijas. Estas últimas, eran obligadas por Bernarda a no estar con ningún hombre y por lo tanto, sus deseos, el sexual, el de mirar a los hombre y escucharlos, eran reprimidos por Bernarda. Ante esta represión, Adela es quien se rebela contra este sistema para obtener su libertad. En este sentido, es importante la simbología de los colores, en especial, el color verde del vestido de Adela, ya que, justamente el color del vestido, por un lado, representa a la naturaleza con toda su fuerza vital y por otro, a la juventud con toda su rebeldía, oponiéndose al negro , que indica luto y muerte. También, que Adela vista ese vestido verde y se muestre ante todo el pueblo y contradiga a Bernarda, donde en el acto final Adela le rompe el poderoso bastón, representa una de las formas de querer escaparse de su hogar. Otro símbolo que se relaciona con estos temas son las ventanas, que representa la conexión con el exterior y funciona como barrera; es decir,  es el único medio de comunicación con el exterior, que no casualmente solo permite la mirada y no el encuentro. A su vez, las puertas, otro símbolo, por su parte, están cerradas y muestran la casa de Bernarda como una cárcel sin salida.
    En relación con la atracción sexual, el amor en este fragmento de la obra, es insatisfecho, imposible, combatido y no correspondido. El amor no repara en convenciones sociales o “naturales " y echa sus raíces en parejas al azar y sobre la cual actúa la fuerza trágica. Esta fuerza se va desarrollando y creciendo en el interior del personaje, en decir, comienza a crecer un fuego interior  en algunas de las mujeres como Martirio, Adela y María Josefa, que están representadas en el calor, símbolo de la sexualidad y la pasión, que tenían las hijas de Bernarda por no tener relaciones sexuales. Este tema es notorio cuando Amelia la ve mal a Martirio:
“AMELIA: Que te pasa?”
“MARTIRIO: Me sienta mal el calor”
[…]
“MARTIRIO: Estoy deseando que llegue Noviembre, los días de lluvia, la escarcha, todo lo que no sea este verano interminable”
   También, el agua simboliza la sed, las ganas de satisfacer la sed amorosa.
   Por otra parte,  en este fragmento, la honra tanto interna como extraña es importante, según Bernarda Alba, que es una victima, y a ella si le importa mucho el “que dirán” de su casa y de sus hijas. Debido a que Bernarda es la encargada de cuestionar la honra de su familia, llevara la misma a tal punto que Adela, su hija menor, se suicida, debido a ser  reprimida y no ser libre.
   Por un lado, la honra externa, esta muy instaurada en la sociedad y lleva a vivir de las apariencias, a estar pendientes en el “que dirán”. Esto se impone más allá de la voluntad de los propios personajes.
   Por otro lado, la honra externa, es la verdadera, la que no se necesita mostrarse, impuesta desde un luto riguroso hasta la negación de ver la realidad por Bernarda, de que su hija Adela, no murió virgen, estos son algunos ejemplos importarte que demuestran que este fragmento de la obra es sometida por una ley social y no es desarrollada por la ley natural de la casa, es decir, todos son reprimidos, presionados, obligados a cumplir y vivir con diferencias sociales y diferencias entre hombre y mujeres muy notorias.
    En conclusión, lo que sitúa este fragmento es el interior y exterior, el deseo y la negación, acciones femeninas y masculinas, ley social y ley natural y represión. Por ejemplo, Adela sitúa la represión y el deseo de salir cuando dice: “Quien pudiera salir a los campos”; Magdalena hace hincapié en la diferenciación de las clases sociales: “Cada clase tiene que hacer lo suyo”. En relación con las leyes sociales y naturales, Poncia sitúa a la mujer vestida de lentejuelas a la cual le bailan alrededor y quienes de los segadores la contrataron para llevársela y pasar una noche con esta mujer no casada. Y A vez, Poncia, muestra una diferencia entre géneros: “Hace años vino otra de estas, y yo mismo di dinero a mi hijo mayor para que fuera. El hombre necesita estas cosas”. A su vez, Amelia, resalta que “Nacer mujer es el mayor castigo, haciendo hincapié en la represión sobre la mujer. Adela cuando dice “Vamos a verlos por la ventana de mi cuarto”, muestra el deseo sexual, el cual es anulado por la ley social y también, por el matriarcado impuesto por Bernarda. Y por último, Poncia resalta una violación de limites y sexual cuando indica “Tened cuidado con no entreabrirla mucho, porque son capaces de dar un empujón para ver quien mira”.